“De la huella a lo espiritual”

Los lienzos blancos, con telas que superan el bastidor e intervienen el espacio. La suciedad de las pisadas como historia y vida, el óleo blanco como elemento sacro-redentor, muestran el ser de la persona dentro de lo efímero y mundano y a la vez como parte y evocación de lo transcendente.

En la instalación, el espectador pasa a formar parte y a intervenir la obra con sus pisadas en las telas que cruzan el suelo. La cuestión es una interpelación personal sobre la existencia ¿Nihilismo o Transcendencia?

Estas obras unen a las huellas y marcas, unos textos en velaturas de papel mostrando una “microvisión reveladora”, una especie de mensajes que podrían encontrarse escondidos entre las motas de polvo, o las erosiones del tiempo.

Velaturas de papel y los textos se instalan fuera del lienzo como apropiándose del espacio que les rodea y deslimitando el formalismo pictórico. Algunos textos pueden ser proyecciones de luz que aparecen y desaparecen.

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En las instalaciones de bombillas, en la utilización de las mismas sobre los lienzos, o cuando aparecen amontonadas o rotas, se quiere evocar las luces y las sombras que iluminan nuestro conocimiento, que nos revelan nuevas perspectivas y visiones o que a veces nos confunden con sus sobras. Las piezas nos incitan a pensar si realmente otro tipo de luz el que nos permite ver o percibir parte de la existencia real.

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